El Parlament de Catalunya contempla el mecanismo de la cuestión de confianza, que no se debe confundir con la moción de censura, ya que es una prerrogativa del presidente de la Generalitat. Es decir, es el presidente catalán quien se somete a una cuestión de confianza, y no son los partidos los que le presentan una moción de censura.
Concretamente el reglamento del Parlament de Catalunya en el artículo 44 de la Ley de la presidencia de la Generalitat y del Govern dice sobre la cuestión de confianza: "La presidencia de la Generalitat, con la deliberación previa del Gobierno, puede presentar cuestiones de confianza, con las cuales puede pedir explícitamente el apoyo de la cámara a su programa, a una declaración de política general o a una decisión de trascendencia excepcional".
Y añade: "Si en la votación de una cuestión de confianza el presidente o presidenta de la Generalitat obtiene la mayoría simple de los votos emitidos, se entiende que la confianza le ha sido otorgada. Si el Parlament le deniega la confianza, el presidente o presidenta de la Generalitat cesa en el cargo y el Parlamento tiene que elegir un nuevo presidente o presidenta de la Generalitat, en conformidad con el artículo 4."
Para superar una cuestión de confianza, el presidente de la Generalitat solo necesita una mayoría simple para prosperar, es decir, debe conseguir más votos a favor que en contra.
En caso de que no superarla, la cámara deniega la confianza en el presidente catalán, que debe cesar del cargo, y el Parlament tendría que elegir otro siguiendo el mismo procedimiento que para la investidura.
Puigdemont fue el primer presidente que se sometió y superó una cuestión de confianza
El 28 y 29 de septiembre de 2016, el Parlament de Catalunya vivió la primera cuestión de confianza de la historia desde su restablecimiento en 1980, fue a la que se sometió y superó el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Precedentes en el Congreso de los Diputados
Hay dos precedentes de cuestiones de confianza en el Congreso, la primera de ellas presentada por Adolfo Suárez en septiembre de 1980, cuando pretendía obtener el apoyo de la cámara para impulsar el Estado de las autonomías, y la superó.
También salió adelante la que protagonizó Felipe González en abril de 1990 con el objetivo de ratificar cuestiones de su programa en materia económica, política exterior y autonómica.
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